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… para un puesto de ingeniera de software en una gran corporación en la industria automovilística sueca.
2020: De la Patagonia Chilena a Alemania.
2020 fue un año complicado y trajo cambios inesperados. Tras cinco meses de viaje por la salvaje Patagonia chilena y una excepcionalmente revolucionada Santiago, regresamos un 14 de febrero a Nuremberg (Alemania).
Volvíamos del aeropuerto y saliendo del U3 (metro) sentía, equivocadamente, que al fin mi vida volvía a una tranquila normalidad.
Pandemia 2020
La locura colectiva del Coronavirus se desató en Europa un mes después de nuestro aterrizaje. Las guarderías cerraron, el ocio quedó cancelado y cada semana se decretaban nuevas prohibiciones para realizar cualquier tipo de actividad. Lo que parecía que iba a durar un par de semanas se convirtió en un desvarío de estrictas medidas y un sistema educativo cerrado que nos sobrecargaba a los padres trabajadores con niños pequeños.
Cada día comprobábamos cuál era la incidencia de contagios y qué complicadas restricciones (Maßnahmen) aplicaban en nuestra ciudad y la contigua Fürth. El panorama era agotador y aburrido.
Corona Maßnahmen Burnout
Esta situación que duró varios meses arruinó nuestra vida social, salud mental y vacaciones, y fue decisiva para considerar emigrar a corto plazo.
El próximo destino estaba claro: Suecia.
Aplicando a una gran corporación en Suecia
Tras diez minutos de búsqueda en linkedin observé que una gran corporación automovilística ofrecía varias posiciones para ingeniero de software C++. Mi perfil era algo más orientado a embedded C, drivers y a linux User Space, pero las ofertas se veían atractivas y se despertó mi interés por la empresa.
Redactar una carta de presentación y completar mi curriculum supuso bastante trabajo. Para ello investigué cómo adaptarme al modelo esperado del país e invertí bastantes horas en la apariencia estética del CV.
Tan sólo la plantilla, es decir, la disposición de los textos, iconos, fuentes y colores me llevó tres días.
Noches en vela peleando con LibreOffice
Hacia principios del noviembre del 2020 envié todos los documentos necesarios y rellené formularios varios para un puesto de C++ Core System Senior Software Engineer (o algo similar).
Dos días después el predictor mostró dos líneas y casi me desmayo. Corrí a la farmacia a comprar uno nuevo para comprobar que era un falso positivo. (En verano del siguiente año nacería mi preciosa Klaris.)
Los falsos positivos no existen.
La buena noticia complicaba los planes
La primera llamada
Pasaron dos meses desde el evento anterior hasta que recibí un correo del departamento de Recruitment anunciándome que mi candidatura les interesaba y querían hablar conmigo. Casi vuelvo a desmayarme.
La primera llamada telefónica fue muy bien, el señor de recursos humanos me habló sobre la empresa, sus valores y me describió brevemente el puesto solicitado. Tras su monólogo me preguntó si estaba interesada en comenzar con el proceso de selección. (!? ) Siii!!!!!
Dos semanas más tarde tuve la primera entrevista con el que sería mi manager.
La entrevista con el Manager
Unos días antes de la entrevista, mi futuro manager me propuso varios timeslots (horarios) en los que él tenía disponibilidad para entrevistarme.
El tema del Coronavirus en realidad facilitó todo ya que al haber restricción y puntualmente prohibición de vuelos, el proceso de selección fue completamente online. Por otro lado, trabajando obligadamente en homeoffice (Heimarbeit!) era muy sencillo ausentarse un rato para realizar una entrevista.
Me llegó un correo con un enlace a una reunión en «Microsoft Teams». Creo que comprobé unas cinco veces que el audio, vídeo y el enlace funcionaban antes del día acordado.
Una característica de los suecos, especialmente si se comparan con los alemanes, es que son muy simpáticos, tienen empatía y se les da bien el smalltalk preliminar antes de sumergirse en detalles técnicos y preguntas.
Cultura «lagoom»
Tuve una muy buena impresión tras esa primera reunión y quedé contenta al ver que mi perfil, pese a no encajar del todo con el puesto, les interesaba bastante. Yo mostré todo mi entusiasmo por seguir con el proceso de selección, aunque en realidad estaba aterrada por dos motivos: mis conocimientos de C++ no eran excelentes y mi embarazo de algo menos de dos meses, todavía muy temprano para ser desvelado!
Los tests psico-técnicos
El siguiente paso consistía en una serie de test a contrareloj.
Me proporcionaron un enlace a una página proveedora de estos test de selección. Una vez hice «click» en el botón de comienzo, el temporizador inició la cuenta atrás y ya no era posible pausarlo o resetearlo. Constaba de varias partes: lógica de formas, problemas matemáticos, comprensión lectora, lenguaje y test de personalidad. El tiempo estaba muy limitado y la dificultad iba en aumento conforme avanzaba la prueba.
Fue realmente estresante completarlo y muy frustrante el hecho de que en las áreas en las que yo me consideraba más fuerte (lenguaje y personalidad) resultaron especialmente complejas.
Si volviera a aplicar a una gran corporación prepararía con algún libro especializado este tipo de prueba.
Nota mental
Las náuseas y el atontamiento por insomnio afectaron de alguna manera al resultado, pero afortunadamente no fueron determinates y mi justita inteligencia bastó para aprobar aquel terrible examen.
El home assignment
La noticia de que mi puntuación había sido adecuada para continuar con el proceso fue muy satisfactoria, yo diría que inesperada. Sorprendentemente la parte que peor había realizado había sido el test de personalidad, pero pude justificarlo por un mal entendido con el término «Stakeholder«.
Hacia mediados de diciembre del 2020 me llegó un correo con la descripción del «home assignment«, es decir, la tarea que yo debía realizar y que sería evaluada por ingenieros de la empresa.
El home assignment
Tuve la gran suerte de que las vacaciones de Navidad se aproximaban y me dieron una semana adicional para realizar la entrega. Pasé varios días leyendo para informarme de cuál era la manera más elegante y eficiente de programar el ejercicio que me habían propuesto. No puedo desvelar exactamente en qué consistía la aplicación que yo debía programar, sólamente diré que implicaba el uso de entre otras cosas IPC, hilos, C++ …
Cuando el programa compiló, lo testeé, documenté y finalmente envié a principios de enero. Fueron unas Navidades bastante inusuales: vuelo a España perdido por una de prueba negativa de Covid que recibí media hora tarde, un susto con el embarazo y una Nochebuena programando.
La entrevista técnica
Ésta era para mí la prueba más crítica del proceso ya que el código del home assignment sería evaluado por un ingeniero de software y me haría preguntas. Mi punto débil era obviamente la complejidad de C++ y temía no poder responder a las preguntas más específicas sobre este lenguaje. Por ello dejé claro desde el principio que mi punto fuerte había sido otro lenguaje, C y que en el último año había trabajado con C++ algunos meses sin profundizar demasiado en el mismo.
Hubo varias preguntas sobre software general que me resultaron sencillas de explicar como:
- Diferencias entre heap y stack
- Cómo analizar un memory leak
- Cómo hacer debug
Otras preguntas trataban sobre tests de software que hasta entonces había realizado muy puntualmente y que contesté con algo de torpeza:
- Experiencia con unittesting
- Google test framework for C++
Y algunas más específicas sobre C++:
- Smartpointers , qué son y cuándo los usas
- Funciones de la librería standard para manipular arrays.
La buena noticia
El proceso de selección estaba siendo muy largo y cuando ya mi embarazo sobrepasaba los tres meses y medio decidí que lo justo era contárselo a mi supuesto futuro empleador.
Dos semanas después de la evaluación técnica con el ingeniero de sofwtare, me reuní de nuevo con el manager. Él me transmitió la buena noticia de que yo podía, si así lo deseaba, continuar con el proceso.
Me invadió un sentimiento profundo de alegría mezclado con un algo de pánico por comunicar la noticia de mi embarazo.
La reacción de mi manager fue inesperada: en primer lugar me felicitó sonriendo y en segundo me preguntó en qué fecha podría incorporarme. Si lo deseaba podría comenzar antes del nacimiento, tomarme la baja maternal y continuar después, o si lo prefería podría comenzar directamente tras la misma.
Suecia es un país donde realmente se respeta a la familia y a la infancia y es habitual que los padres tomen largas bajas parentales para cuidar de sus hijos hasta el primer año de edad.
El drugtest
Curiosamente una fase obligada del proceso de selección fue realizar un test de drogas. Algo que en Alemania era impensable, probablemente ilegal, en Suecia parecía ser algo habitual.
Encontrar un lugar que hiciera este tipo de pruebas fue una odisea por dos motivos: todos los laboratorios estaban ocupados analizando Covid-19 en palitos y los tests de drogas en Alemania sólo se realizaban para procesos criminales. Tras diez llamadas telefónicas (auf Deutsch, natürlich) generando mucho desconcierto por mi petición, conseguí encontrar un lugar, bastante tétrico, que me tomó una muestra y me envió un certificado de papel.
La situación en aquel laboratorio de Rechtmedizin fue tragicómica: yo era la única clienta no convicta y además con una barriga de 5 meses.
Das drogenscreening
El contrato
Tras enviar el certificado que confirmaba que yo no había consumido ningún tipo de sustancia de una larga lista de drogas, recibí finalmente, en abril de 2021 , el contrato por correo electrónico.
El proceso duró 5 largos meses y el primero de Septiembre de 2021 aterrizamos en Gotemburgo.
Y aquí seguimos, dos años después, en este país de luminosos veranos y tenebrosos inviernos.